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CONSEJOS PARA QUE LOS PEQUES SE VAYAN PRONTO A LA CAMA


Hola!! Ya estamos a puntito de empezar.. y uno de los problemas que se nos plantean es el acostar a los niños pronto para prepararlos para madrugar.. ahora están un poco descontrolados con los horarios con el verano, las vacaciones, las salidas.. bueno aquí os dejo algunos consejos que os ayudarán a llevarlos pronto a la cama.

Antes de nada debemos tener claro que los niños no tienen una noción clara del tiempo, es un concepto abstracto para ellos ya que no es algo que puedan oler, ver tocar ni escuchar y les resulta difícil entenderlo. Comienzan a entenderlo alrededor de los 10 años. Además ellos desean estar con nosotros a todas horas, por ello el niño tratará de alargar el día por la noche para estar con los papas y mamás , solo tienen un objetivo que es estar con vosotros!


Una vez tengamos esto en cuenta pasamos a unos consejos:

1. Decide una hora para acostarse y establece una rutina

Comunica al niño la hora a la que queremos que se acueste y ayúdale a entender que ese momento llega al final de una rutina habitual que le ayude a integrar el concepto del tiempo.
Imaginemos que le decimos al niño que la hora de irse a la cama es a las 9. Para que él entienda qué momento del día es ese, explícale las secuencias temporales o el orden en el que van a ocurrir las cosas dentro de la rutina nocturna. Por ejemplo: La hora de irse a la cama viene después de la cena, lavarse los dientes y preparar la mochila para el día siguiente. Esto es una rutina clara y concreta, que le ayudará al niño a identificar que el momento de acostarse se acerca.

2. Incorpora una actividad de ocio a la rutina que puedas compartir con tu hijo

Es necesario establecer un tiempo de juego compartido dentro de la rutina nocturna. De esta forma, el niño sabe de antemano que tendrá este tiempo contigo, y no desarrollará un comportamiento rebelde o rabioso en torno al momento de irse a la cama. Para el niño, todo el mundo gira en torno a sus necesidades. Si considera que no ha satisfecho o completado su necesidad de juego y tiempo contigo, la rutina no tendrá el efecto deseado.
Con esta actividad, que debe ser corta (entre 10 – 15 minutos), le estamos enseñando a autorregular el tiempo y a trabajar la paciencia, puesto que tiene que esperar a que termine la actividad anterior para que llegue el momento de juego deseado.

Algunas ideas y consejos:
  • Si se trata de un juego, que no le estimule físicamente mucho. Si queremos algún juego corporal, es bueno optar por ejercicios de relajación para bajar la intensidad del día, utilizando la respiración como vehículo de conexión entre el cuerpo y la mente. ¿Qué te parecería jugar a representar animales con el cuerpo? Uno se convierte en un león dormido, mientras el otro es un perro roncando… deja fluir tu imaginación para que este momento se convierta en un final de día entrañable, generando una sensación cálida y confortable.
  • Las canciones o lectura de cuentos ayudan mucho a generar este clima agradable y óptimo para finalizar el día.
  • Preguntarle por su día pidiéndole que te diga las tres cosas que más le han gustado de su día, y luego tú le cuentas a él otras tres cosas que te han gustado a ti. Con esto favorecemos la comunicación y la cercanía entre padres e hijos.
Recuerda algo importante: No anuncies al niño actividades de la rutina que más adelante no puedas llevar a cabo.

3. Decide cuándo terminar la rutina

Si no pones firmeza y decisión en cuándo acabar la rutina y apagar la luz, ésta puede convertirse en algo cansado o interminable. No cedas a las evasivas del niño, ni entres a la sugerencia de “solo un cuento más…”. En lugar de esto, anuncia de antemano las historias que leeréis esa noche, y cumple con lo acordado. También puedes utilizar elementos externos como señalar las manillas de un reloj, indicándole en qué momento cerraremos el libro y apagaremos la luz. Otra opción es programar o asociar una campana/alarma para que cuando suene el niño sepa que ha llegado el momento de acostarse.

4. Crea una rutina agradable y segura para tu hijo

Coloca junto a la cama del niño aquello que le ofrezca seguridad: Su peluche, camión, muñeca, mantita… y hasta una cajita con una linterna si tu hijo ya ha logrado el control de esfínteres nocturno, fomentando así su autonomía para levantarse por la noche al baño.
Para el caso de los niños que temen irse a la cama por miedo a la oscuridad, la rutina puede incluir cuentos cuya moraleja o mensaje implícito ayude al niño a asociar la noche con algo placentero, así como realizar ejercicios de visualización que le lleven a evocar lugares seguros y relajantes. Por ejemplo: “Vamos a hacer el juego del mar, cierra los ojos… ahora voy a contarte cómo las olas del mar juegan a seguirse las unas a las otras, como van y vuelven a casa”. El niño se mete en la cama y con los ojos cerrados ve narrándole el cuento con un tono de voz suave y cada vez más lento. Tras repetir este juego varias veces, también puedes sugerirle que continúe él pensando sus propias escenas, las que él quiera imaginar.   


Espero que os sirva de ayuda!!!